Publicado en Haaretz.
¿Cómo se difunde cultura? Esta pregunta ocupa a las instituciones culturales internacionales, de las cuales las más conocidas son la francesa, la alemana y la menos veterana, el Instituto Cervantes, operando en Israel desde hace 13 años y llamado así en homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra, autor de Don Quijote.
¿Y qué cultura difunde el Instituto Cervantes por el mundo? Aparentemente una vasta: puede traer una bailarina de flamenco, una obra de Lorca, proyectar una retrospectiva de Almodóvar u ofrecer recitales de guitarristas que toquen el famoso “Memorias de Alhambra” y conjuntos que interpreten clásica nacional de Albéniz o de Falla. Todas ellas son manifestaciones altas de la cultura, además de populares y queridas, cuyo éxito está asegurado de antemano. Pero la política del Instituto Cervantes es precisamente no elegir estas manifestaciones populares de la cultura española, aquellas obras que definen “cultura española” según estereotipos fijados en todo el mundo.
El concierto realizado en el Centro Felicja Blumental el último sábado refleja la aspiración del Instituto Cervantes: ampliar el horizonte y revelar que España no es solamente popularidad andaluza sino también de otras zonas de España como por ejemplo el País Vasco, y que tiene por ejemplo mujeres compositoras, cuya música no se limita a fluidos acordes de guitarra y castañuelas, sino que es el último grito en música contemporánea, innovadora, audaz, que no yace encima de lo que se consideraba “español” en el siglo XIX , que no era más que manifestación de un “orientalismo”.
Así pues trajo el Instituto Cervantes un ensamble entero compuesto por seis músicos, NeoArs Sonora de Granada, a una velada musical fascinante. El hecho que el arte que difunde el Instituto, que consiste también en creaciones de videoarte y danza moderna, música antigua y música andaluza- sefardí, no siempre llega a un público muy amplio, no desalienta a la responsable de cultura Einat Talmon: Desde su punto de vista las decenas de personas que han acudido en época de fiestas a escuchar música española contemporánea significa un éxito.
Un flautista, una violinista, una chelista y un clarinetista de la Orquesta de la ciudad de Granada, un trompetista de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y un profesor de piano del Conservatorio Superior de Música de Granada, son los fundadores del ensemble NeoArs Sonora y tocaron anteayer en distintas formaciones: cuarteto, clarinete solo, quinteto con piano y dúos de chelo y flauta.
¿Cuándo ha sido la última vez que se juntaron músicos de las orquestas sinfónicas y de cámara en Israel para formar un ensemble de música contemporánea? Encontrar tiempo libre para trabajar diariamente en este género, por amor al arte, a sabiendas de que no van a contar con el apoyo institucional es un suicidio. Por tanto los ensembles que tocan esta música entre ellos “Meitar”, “Niquel”, “El Proyecto de Cámara”, están compuestos de músicos jóvenes y entusiastas.
No obstante en España sí es posible – y este concierto mostró la profundidad de la cultura de este país. Juan Carlos Chornet, Carlos Gil, Eugenio Pérez, Antonio Jesús Cruz, Atsuko Neiirishi y Kathleen Balfe tocaron con gran virtuosidad música de distintas técnicas, obras de compositoras entre ellas Iluminada Pérez, que estaba presente, María de Alvear, así como la conocida finesa Kaija Saariaho. A lo largo de toda la velada no hubo ni un momento neo-romántico o nostálgico hacia un pasado supuestamente español de cultura gloriosa.
Junto con el placer e interés mantenido a lo largo de todo el concierto, junto con la gran impresión que dejaron, con el trato audaz de los compositores y compositoras hacia los instrumentos que fueron empujados hacia el límite de su expresión y capacidad musical, surgió cierta tristeza por la situación de este género en Israel.